ESTUDIO DE CASO
“El Yo Profundo”
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or más que le doy vueltas al asunto tratando de desentrañar al crimen organizado en la región de San Fernando Tamaulipas, me causa sopor el pensar que el yo profundo de los personajes en cuestión se ha colectivizado para sembrar realmente terror en la región que ya abarca hasta Veracruz, a tal grado se ha incrementado la forma de ejercer violencia por parte de estos individuos desarrollando unidades de inteligencia y de adoctrinamiento ideológico al grado de que los habitantes de la región se comportan como personas de un sub-mundo de autómatas fingiendo y actuando con normalidad como si nada pasara.
A finales de año y en lo que va del presente se ha incrementado el grado de violencia como también las formas de ejercerla, se trata de sentimientos e ideas de un pensamiento primitivo que aflora en forma de supersticiones, creencias, costumbres y ritos extrañísimos, lo cual esta sucediendo en el seno de aquellos estratos sociales que forman la parte inferior de la sociedad humana en la frontera de Reynosa, Tamaulipas.
A finales de año y en lo que va del presente se ha incrementado el grado de violencia como también las formas de ejercerla, se trata de sentimientos e ideas de un pensamiento primitivo que aflora en forma de supersticiones, creencias, costumbres y ritos extrañísimos, lo cual esta sucediendo en el seno de aquellos estratos sociales que forman la parte inferior de la sociedad humana en la frontera de Reynosa, Tamaulipas.
Son personas, egoístas, instintivas, sugestivas que albergan un gran odio hacia otros entes sociales, y se van aglutinando en un grupo social en virtud de la atracción de los semejantes por vocación, por actitud, por interés y de esta forma puede compararse con una verdadera unidad o a un individuo autónomo y son guiados por el querer vivir y más aún por el querer imponerse y hasta dominar del mismo modo el grupo social, tiene su yo profundo que le guía, le impulsa y le pone en guerra si este fuera el caso, con cualquier otro grupo menor.
El yo profundo, egoísta del individuo aflora a la superficie y se siente ahora libre de sus cadenas a medida que las fronteras del grupo en que actúa y vive el ser, se amplían más y más y en tal proceso de resurrección de lo de abajo se hace legítima la justificación y así entienden que robar no es robar, mentir no es mentir, y ahora hay que agregarle matar no es matar, y entonces decimos que estos sujetos que se encuentran en la situación de haber matado a sus semejantes, que es un individuo ya formado y parte de un grupo, siempre encuentra a la vez ante sus propios ojos y ante los espectadores, motivo legítimo para demostrar que la tal muerte no es muerte, o sea que no es una de aquellas muertes que él mismo, el asesino sería el primero en condenar.
El yo profundo, egoísta del individuo aflora a la superficie y se siente ahora libre de sus cadenas a medida que las fronteras del grupo en que actúa y vive el ser, se amplían más y más y en tal proceso de resurrección de lo de abajo se hace legítima la justificación y así entienden que robar no es robar, mentir no es mentir, y ahora hay que agregarle matar no es matar, y entonces decimos que estos sujetos que se encuentran en la situación de haber matado a sus semejantes, que es un individuo ya formado y parte de un grupo, siempre encuentra a la vez ante sus propios ojos y ante los espectadores, motivo legítimo para demostrar que la tal muerte no es muerte, o sea que no es una de aquellas muertes que él mismo, el asesino sería el primero en condenar.
Este razonamiento es sorprendente “si matas tú, no matarás”, porque el alma es inmortal y transmigra de ser en ser, de manera que al matar, no destruirás nada. Puedes matar tranquilamente, estos acentos tomados por psicólogos criminalistas e ideas de Dostoievski se convierten sencillamente en una de tantas auto- justificaciones mentirosas cuando se ponen en boca del asesino.
Y así vemos como ha evolucionado la conducta violenta de los cárteles de la droga que en cada momento encuentra “justificaciones” todavía más amplias, más satisfactorias, más absolutorias, en donde llegan al extremo ya de tener campos de entrenamiento para el exterminio masivo. La inteligencia detrás de estos cárteles no sólo implica el desarrollo de un reclutamiento constante de jóvenes sino también se hacen llegar a expertos en cienciología, así como con expertos en cibertecnología, e ideólogos en parasicología, etc. etc.
Los cárteles al haber accedido a las mismas armas y tecnología, y en algunos casos hasta superiores del Estado, se vieron en la necesidad de expandir su actividad a la parte más sensible de su estructura, y es así como tienen la necesidad de lavar el dinero haciéndolo en todo el país con cualquiera que tenga o se preste a una actividad económica reclutando no sólo a menores de edad sino ahora cuentan con gente que tiene título universitario.
Mientras tanto el gobierno federal no tiene una respuesta concreta para combatirlos, la estrategia ha sido el permitir que se maten entre ellos, pero la cifra de muertos resulta asombrosa, cuarenta mil, por lo que ya es hora que el gobierno intervenga de forma tajante y termine en el menor tiempo posible esta guerra sin igual.
Que la organización de un movimiento ciudadano es una faceta más del crimen organizado dados los recientes homicidios de activistas sociales y de jóvenes indefensos, se prevée que cuanto más avance el calendario electoral arreciarán más las exigencias de estos grupos sociales, incluyendo el pedimento de la dimisión del propio Presidente Calderón. No caigamos en el juego de estos señores.
Los especialistas dicen que la violencia empleada en las masacres cometidas en los últimos meses, va más allá del hecho de mandar un simple mensaje a sus competidores, adversarios o deudores, reflejando una total desnaturalización y una conducta sádica incorporándolo a una rutina como si esto fuera un comportamiento normal.
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